LOLITA

Se narra la historia de un individuo que experimenta un cuestionamiento profundo sobre el significado de su vida y su trágico desenlace en prisión. Expresa arrepentimiento y dolor por sus acciones, reflexionando sobre la pérdida de la vida y la implicación de terceros. El texto transmite un sentimiento de pesar y resignación ante su destino, culminando con una carta de despedida donde reflexiona sobre el valor de la vida.

Genaro Martín Arroyo Meditaciones.

Se descubrió tarde
cuando sonaba el recuento
aquél día murió una carne
que vivió la vida
sin pena

Ayer, hoy ¿mañana?
mañana, hoy, ¿ayer?
ayer, mañana ¿ hoy?

Todo gira a mi alrededor
Soy como un cometa sin viento
apunto de aterrizar en la tierra

Contempló el desierto sin arena
Soy como el fuego que me va quemando

Perdí la noción del tiempo
cuando ingrese el 3 de julio
de un año bisiesto
aquí entre estas cuatro paredes
que aprietan y dejan la piel
el aroma, la vida perdida.

¿Qué hice, porqué, para qué?
Yo era feliz, tranquilo, dichoso
todo giraba y giraba despacio
sin prisa, sin pena, sin gloria

No era grande ni pequeño,
tenía temor de Dios
practicante de misa diaria
creyente que sabe que sólo Dios
todo lo puede.

En tus manos me confiaba
ardía en deseos de amar al hermano
El día, la noche ,la mañana, la tarde

De madrugada una aguja se clavó en mi pecho
y derrame la sangre que me empujaba
¿De quién quiso cortar tu vida?

Me interpuse entre dos misterios
El uno al que yo amaba
la otra la que despreciaba
Carita de pena
sangre derramada
manos manchadas de triste pena

Un cuchillo se cruzó en las manos
sin tiempo, sin verlo sin que pudiera hacer nada
Era la vida o la muerte,
la suya o la mía,
la que yo no quería

Se fue esa noche de triste pena
el dos de julio de madrugada
año dos mil veinte
del calendario…

Clamor y llanto, sudor y pena
“Dios mío mándame que me muera
que no te te vea”

Dolor y pena
llanto de miseria
por la sangre derramada

Lolita mártir
Jauría humana
sangre derramada
dolor y pena

No me espera otra condena
que el perdón de mi pecado
Tú Señor me lo entregas
y maldita vida la mía
que ahora no queda
sino el dolor y la pena
de vivir en mi lamento
en mi prisión de hojalata

Preso me quedo
condenado por el mundo
aquí entre cuatro barrotes
de triste pena

Pasear por la arena
del patio de hojalata
esperar el día,
la noche y la luz de la luna
que entre mi ventana
la lágrima deja

A lo lejos la sirena
la montaña asoma
el hada de la noche
recorre la celda muerta

Aquí te espero
cuando tu me digas
una carta escribo:
«Perdón por quitarte la vida
ya estoy condenado
a morir entre barrotes»

Pero Tú ¿ porque, para que?

Una mañana de invierno
cuando el aire del alba entraba
en el silencio de la celda
un charco de sangre en la cama
se descubrió tarde

cuando sonaba el recuento
aquél día murió una carne
que vivió la vida
sin dejar un momento de soñar

Aquella mañana
deje de ser el número 1564
de aquella fosa donde se entierra lo que nadie quiere

Aquella mañana quedó vacía
sin dejar nada más que una triste carta de despedida
donde con una interrogante dije:

¿Porqué ,para que he vivido?
para morir de esta forma en silencio
en un charco de sangre en este lugar de muerte

Otros vendrán a este sitio
!espero que con mejor suerte!
No sean cobardes como yo lo fui
de quitarme la vida
que sólo Tú das y quitas
y nadie por miserable que sea
tiene el derecho a quitarla

Valora nuestra web, por favor(obligatorio)